Cuando una persona constantemente tiene niveles altos de estrés, probablemente se deprime en igual grado o se sienta exageradamente presionado, lo cual puede llevarlo al Consumo de Drogas.
Cuando una persona constantemente tiene niveles altos de estrés, probablemente se deprime en igual grado o se sienta exageradamente presionado, lo cual puede llevarlo al Consumo de Drogas.
Cuando una persona se encuentra en una situación de estrés experimenta síntomas negativos como tensión, irritabilidad, insomnio, músculos tensos, temblor en las manos, preocupación, tristeza, etc.; algunas personas encuentran una forma saludable de suavizar dichos síntomas mientras que otras recurren a comportamientos disfuncionales, como el consumo de drogas, esto ocurre cuando la persona carece de habilidades para controlar la situación estresante o para manejar sus propias emociones y buscar apoyo social. De esta manera, la droga se convierte en un distractor que le permite a la persona aliviar la sensación de malestar.
El consumo de drogas, se lleva a cabo con el fin de escapar de situaciones estresantes ambientales o síntomas de malestar interno, esta manera de afrontar el estrés por parte de personas adictas tiene una relación directa con las alteraciones psicopatológicas frecuentemente asociadas a la adicción y se encuentra en la base del desarrollo de patrones disfuncionales de comportamiento.
Para subsanar el malestar que provoca el exceso de estrés, frecuentemente los individuos adictos recurren a sustancias nocivas para la salud, como el alcohol, tabaco, incluso consumen sustancias ilícitas como la cocaína, marihuana, etc., también pueden llegar a utilizar tranquilizantes, hipnóticos, entre otros.
El efecto de la droga es inmediato, causando una sensación de euforia, depresión o sueño excesivo, según el tipo de droga que se consuma, liberando al individuo de su malestar temporalmente, volviendo a consumir cada vez que sienta malestar, necesitando cada vez una dosis más elevada de las sustancias adictivas, provocando dependencia y posteriormente daños físicos y psicológicos.
Fomentar la adquisición de habilidades de resolución de conflictos y reducir los niveles de activación emocional permite disminuir los niveles de consumo y dependencia y reducir los síntomas psicopatológicos. La persona adicta debe aprender, con apoyo psicoterapéutico, a interpretar y resolver situaciones ambiguas y desarrollar la capacidad para evaluarlas con la consecuente adecuada toma de decisiones.
El estrés puede aparecer a lo largo de todo el proceso adictivo. Al inicio del consumo, como factor de riesgo. La repetición y el mantenimiento del mismo propicia la aparición de problemas varios: discusiones familiares, ausencias laborales, aislamiento, etc., que a su vez ayudan a cronificar la adicción y donde la retirada de la sustancia conlleva de nuevo a la necesidad imperiosa de volver a consumir con el fin de buscar un efecto gratificante a corto plazo.
Cuando la persona adicta acude a tratamiento lo hace en una situación de estrés importante derivado de las consecuencias físicas, psicológicas, sociales y familiares ocasionadas por el consumo. Las recaídas producidas en fases de abstinencia, también parte del proceso terapéutico, no son más que situaciones de estrés por el deseo de consumir las drogas.
Las secuelas neuropsicológicas asociadas a una situación de estrés afectan fundamentalmente a la memoria de trabajo y a la capacidad de aprendizaje tanto a corto como a largo plazo. Recordemos que la persona con ansiedad a menudo tiene dificultades para afrontar problemas cotidianos y tomar decisiones. La estructura cerebral implicada en estos procesos cognitivos es el hipocampo.
Estos déficits limitan, entre otros, la capacidad de monitorear la conducta dirigida a un plan. Situación frecuente en la población adicta. El entrenamiento neurocognitivo permitiría incrementar la liberación del neurotransmisor dopamina, fundamental en el proceso de aprendizaje y en las sensaciones de placer, en el núcleo caudado. Elevar las concentraciones de dopamina no sólo contribuye a fijar los conocimientos, también a mejorar el estado emocional.